Gracias, Sony: Cuando la confianza se convierte en equipo (y en familia)
Cuando la confianza se convierte en equipo
En el mundo de la fotografía deportiva profesional, cada milésima de segundo cuenta. No es solo cuestión de estar en el lugar adecuado en el momento justo, sino de tener el equipo preciso para que esa imagen soñada se convierta en realidad. Y ahí es donde entra Sony. Pero hoy no vengo a hablarte solo de sensores, ráfagas ni objetivos luminosos. Hoy quiero escribir desde otro sitio: el del agradecimiento.
Un agradecimiento con enfoque
Llevo años viajando por el mundo, saltando de evento en evento, entre campeonatos nacionales e internacionales, cargado con mochilas, cámaras y (a veces) nervios. En este camino, no siempre se puede tener todo el equipo necesario en la mochila. Hay ocasiones en las que necesitas una óptica muy concreta, un cuerpo específico o una solución técnica que no usas a diario, pero que en un momento puntual marca la diferencia entre una buena foto y una inolvidable.
Y es en esos momentos donde la confianza mutua con Sony España se convierte en algo más que una relación profesional. Porque cuando necesito algo, ellos están. Sin peros. Sin papeleo interminable. Con una cercanía que se agradece mucho en este sector.
Más que cesión de material: apoyo real
Pedir una cámara o un objetivo en préstamo no es solo un favor logístico. Es un gesto de confianza en tu trabajo. Es decirte: “sabemos cómo trabajas, sabemos que cuidas el equipo como si fuera tuyo, y sabemos que vas a exprimirlo al máximo para contar historias potentes”.
Y eso, viniendo de una marca como Sony, impulsa, refuerza y motiva. Porque no es solo que me cedan el material que necesito: es que entienden mi forma de trabajar, se implican y me lo ponen fácil.
En especial, quiero dar las gracias a Javier Garcés y Cristian Agulló, con quienes tengo un trato directo, cercano y constante. Ellos son quienes hacen posible que todo fluya, quienes responden rápido, entienden mis necesidades y siempre están dispuestos a ayudar, incluso cuando los plazos son ajustados o las peticiones muy concretas.

Talleres con alma y equipos a la altura
Pero la cosa no queda solo en los eventos profesionales. En mis formaciones, como la pasada edición del Winter Workshop, la implicación fue todavía mayor. No solo me prestaron material de primer nivel para que los alumnos pudieran probar cámaras y ópticas de gama alta… ¡es que se vinieron ellos mismos!
Sí, sí: el equipo de Sony, con Cristian y Javier al frente, se vino cargado de material, con ganas de aportar y de sumar. No se trataba solo de mostrar productos, sino de crear una experiencia real para los asistentes. Y eso se notó: hubo aprendizaje, hubo comunidad, y sobre todo, hubo ilusión. La de los alumnos y también la nuestra.
Cuando la tecnología va de la mano de las personas
Porque al final, por muy puntero que sea un equipo (y créeme, los de Sony lo son), lo que hace que una marca marque la diferencia son las personas. Y en ese sentido, me siento muy afortunado de tener al lado a gente que no solo me acompaña profesionalmente, sino que también entiende la parte más humana de este oficio.
Gente que te llama por tu nombre, que se interesa por cómo fue ese campeonato en Croacia o ese taller en Valencia, y que cuando dices “necesito esto para este finde”, mueve cielo y tierra para que lo tengas.
Gracias Javier. Gracias Cristian. Gracias Sony.
Gracias, de corazón (y de sensor)
Así que este artículo no es una colaboración, ni un patrocinio, ni un post técnico. Es simplemente eso: un GRACIAS gigante en mayúsculas a todos los que estáis al otro lado en Sony España, por confiar, por apoyar, por estar.
Por seguir creyendo que la fotografía no va solo de cámaras, sino de personas que cuentan historias. Y porque cuando una marca y un profesional se entienden así, las imágenes que salen de esa relación no pueden ser más que memorables.
Nos vemos en la siguiente foto.

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